martes, 21 de abril de 2015

Orígenes (Medio Oriente)

En Medio Oriente las sustancias aromáticas elaboradas a base de extractos naturales eran un símbolo de lujo y del prestigio entre las clases sociales más favorecidas. Estas sustancias eran muy costosas, por ejemplo el ámbar tenía el mismo valor que el oro o los esclavos. El perfume obtenido por medio del humo del incienso, de la mirra o de otras resinas o maderas, se ofrecían a los reyes. En el año 800 a.C. la reina Saba regaló perfumes al rey Salomón. Las recetas para elaborar las fragancias se encuentran incluso en la Biblia y el Talmud. 

Los chinos solían meter entre sus sábanas unos pequeños sacos rellenos con materiales aromáticos secos, en sus domicilios quemaban el incienso y se bañaban en aguas perfumadas. También existía una curiosa costumbre de repartir entre los participantes de las fiestas nocturnas un trozo de papel calado con aroma de jazmín, el cual tenía que disimular el aroma ocasionado por el abuso del alcohol. 

El perfume de base alcohólica y aceites esenciales, tal como está conocido hoy día, surgió a fines del siglo XVI. Fue famosa el “agua de la Reina de Hungría”, Según las creencias populares la receta para elaborar este perfume fue regalada a la reina por un monje. 



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